miércoles, 22 de abril de 2015

La atención del nuevo siglo: una sensación efímera

Esta entrada de mi blog será la más corta de todas. Me encuentro escribiendo en un estado somnoliento, con ganas de escribir pero muchas más ganas de dormir. Sin embargo esta es una anécdota divertida que no podía dejar pasar.

El día lunes luego de exponer en clase el tema de la atención y su importancia, salí con mi compañera María Fernanda alias "Mafe" a coger transporte para nuestras casas. Mafe y yo vivimos a dos cuadras de distancia por lo que desde hace dos semestres compartimos transporte. Antes de irnos yo debía pedir unos libros en la biblioteca de la universidad y Mafe muy amablemente decidió acompañarme. 

Cuando íbamos a la biblioteca yo saqué mi celular para mirar el número de referencia del libro mientras Mafe me daba consejos de cómo exfoliarse la piel, una combinación rara entre agua y azúcar que había visto en internet mientras yo exponía el tema de la atención (esto es verdaderamente irónico por cómo se va a desarrollar esta historia). Mafe me hablaba de la piel y yo me repetía mentalmente una y otra vez  "330.973 F18C 1956 Historia económica de los Estados Unidos" la referencia del libro.

En algún punto de nuestra conversación Mafe me dijo que no tenía recargada la tarjeta del Transmilenio y yo en algún punto le dije que yo tampoco, eso lo tengo muy claro. Sin embargo nadie le puso cuidado al otro porque teníamos en nuestras mentes cosas completamente diferentes que no nos permitieron ponernos atención. Entramos a la biblioteca, sacamos el libro y salimos a coger el Transmilenio. Cuando nos subimos al Transmilenio yo pasé mi tarjeta que tenía solo un pasaje y Mafe me pidió que se la pasara, yo le dije que solo tenía un pasaje y que no tenía la tarjeta cargada, Mafe me respondió diciéndome que me había dicho que ella no tenía pasajes en su tarjeta. Finalmente una niña amablemente le prestó un pasaje de su tarjeta a Mafe y ella le dio la plata del pasaje, eso fue lo de menos, aunque la situación fue un poco bochornosa. A partir de esto comencé a hacerme las siguientes preguntas: ¿la culpa fue de Mafe por no ponerme atención cuando le dije que no tenía sino un pasaje? ¿la culpa fue de Mafe por no cargar la tarjeta cuando sale de casa? ¿será que yo no le puse atención a Mafe cuando me dijo que no tenía pasajes? ¿tendré exfoliada la piel o debo someterme a ese tratamiento que dijo Mafe? ¿cuáles son las ventajas de una piel exfoliada? ¿volverá a irse Mafe conmigo en el Transmilenio después de hablar sobre ella en mi blog?

Para casi todas esas preguntas tengo una respuesta. Ni Mafe ni yo nos pusimos completa atención cuando nos hablamos el uno al otro, es una condición humana que sobrepone en nuestras mentes los temas personales por encima de los temas de los otros. Sí, yo le puse atención cuando ella me hablaba del tratamiento de la piel y ella me puso atención cuando le dije el nombre del libro. Sin embargo no logramos atrapar todos los datos de nuestra conversación porque nuestras mentes no estaban sumergidas en lo que hablábamos en el momento sino en lo que pensábamos sobre otro momento, yo concentrado en mi libro, ella en no sé, la piel. 

Sentir el momento es uno de los factores cruciales para lograr la mayor concentración ya que el 100% de concentración es casi imposible. Ayer por la noche fui al concierto de Imagine Dragons, el primer concierto de mi vida aunque resulte difícil de creer (los conciertos gratis para mi no cuentan porque no se paga por ver a un artista). Es una banda que me gusta mucho y por eso decidí invertirles los cien mil pesitos que costó la boleta para verlos en vivo. Cuando la banda tocó sus canciones más reconocidas todo el mundo las cantó pero no todos estaban concentrados completamente en el momento, ya que tenían sus celulares afuera tomándose fotos o grabando. Muchos tendrán el recuerdo del concierto de Imagine grabado en el celular. Pero será un recuerdo casi vacío porque no sintieron la emoción de las canciones en su momento sino que mucho después, a través de una pantalla y ya no en vivo sino en una simple reproducción, sentirán sensaciones efímeras y vagas de ver a la banda tocando a través de una pantalla.

La atención es una habilidad que es bien recibida en el mercado laboral, sin embargo, no todos tienen la capacidad de desarrollarla ya que muchos en vez de concentrarse en el momento en el que están optan por entregar sus sensaciones a un futuro lejano en el que no se encuentran, que los hace divagar. No estoy diciendo que no se tomen fotos, son un grato recuerdo. Solo digo que hay momentos para tomarse fotos y otros que no lo ameritan, como cuando está tocando una banda en vivo, en frente de nosotros.

martes, 7 de abril de 2015

El Niño no se rinde

La razón de este texto es por Fernando, porque nunca se ha rendido y nunca se rendirá. Eso es lo que pienso y pensaré hasta el día en que Fernando le diga basta al deporte. Fernando “El Niño” Torres es hoy uno de los jugadores con más burlas en el mundo del fútbol, sin embargo hace siete años era uno de los delanteros más cotizados del mundo, uno de los artilleros más letales y un jugador emblema de su club, el Liverpool.

Hace poco en Goal.com leí que El Niño se rendía, y sí, se rindió, se venció ante una multitud de aficionados del Liverpool en Inglaterra, su segunda casa. Tenía que ser así, no existía ninguna otra razón por la que “The Kid” se fuera a rendir. Era un titular amarillo, como todos los de eso que llaman “periodismo deportivo”. Me asustó cuando leí ese titular y por eso abrí el enlace inmediatamente hasta leer por completo la noticia. En un partido de exjugadores del Liverpool, los hinchas en Anfield, el estadio de los Reds, aclamaron el nombre de Fernando durante todo el juego. Después del partido Torres le agradeció a la afición y se rindió frente a la gran cantidad de alabanzas que le lanzaban, esa ha sido la única rendición de Fernando hasta ahora.

Fernando no se ha rendido y no se rendirá, sigue en pie de lucha aunque lo asedie una avalancha de burlas cada vez que juegue. Él no se caerá porque no es su estilo. Si bien su nivel de juego no es nada parecido al que tenía hace siete años él sigue jugando y poco a poco ha levantado su nivel aunque nunca será como antes. Ante las adversidades El Niño, El Mono, seguirá luchando, y aunque la vea difícil nunca tirará la toalla.

¿Por qué hablo de Fernando Torres y de fútbol en un blog de información y documentación? La razón es simple: en la clase del lunes algo dijo el profesor Cobos que me hizo recordar a Torres, algo sobre no rendirse tan fácil. Para esta semana teníamos que hacer un video-tutorial sobre la herramienta RefWorks, algo realmente sencillo de utilizar cuando se le pone práctica. Sin embargo hubo gente que se rendía, que no lo intentaba. La raza humana ha llegado hasta donde está por llevarse hasta el límite, por darlo todo hasta el final. No somos una raza que se rinda frente a las adversidades. Es nuestra capacidad de ingenio la que nos ha permitido llegar hasta acá. Hemos aprendido a utilizar las herramientas sin que nadie nos enseñe porque corre por nuestras venas sangre aventurera, queremos saber cómo funciona todo y somos capaces de descubrirlo por nosotros mismos, sin preguntar. Me enorgulleció mucho cuando el profesor nos dijo que nuestra clase no había preguntado cómo se hacía el trabajo, simplemente fuimos nosotros quienes lo investigamos.



Pongo el ejemplo de Fernando porque él es un ejemplo para mí, él no se ha rendido y no veo ninguna razón para que yo lo haga. Si Torres sigue jugando fútbol a pesar de todas las burlas que le hacen, a pesar de dejar de ser uno de los mejores delanteros del mundo, de convertirse en un peón mal pagado del deporte ¿por qué a mí me va a quedar grande hacer un tutorial y montarlo a YouTube? Sigan el ejemplo del Niño en sus vidas y nunca se rindan frente a las adversidades. Esta es una de mis filosofías de vida: si Torres siguió jugando yo nunca me voy a rendir en lo que me proponga.