miércoles, 18 de febrero de 2015


Llaves para encontrar: algo viejo, algo nuevo

En algún punto de nuestra vida vamos a tener que lidiar con el sentimiento de desesperación, presión y agobio de no encontrar algo tan mundano como las llaves de nuestra casa. Es algo trágico. Buscaremos culpables como duendes mágicos dedicados únicamente a hacernos pasar un mal rato escondiéndonos todo. Sacaremos conclusiones expeditas que condenan siempre a otros como los causantes de nuestra situación. Mi mamá siempre me ha dicho que deje las llaves en el mismo lugar para que no me pase eso, como si debiese seguir una norma de poner las llaves en el mismo sitio.

Este hecho tan particular y tan cotidiano como perder las llaves es el reflejo de la condición humana por naturaleza: vivir en desorden. Odio el desorden, me complica la existencia. Y lo digo como una persona que anduvo por esta vida desordenado hasta hace poco menos de un año.

Qué vida tan complicada me había formado. Sobre todo para hacer trabajos. Cuando estaba a punto  de concluir una idea aparecía otra que me hacía perder la anterior y me metía en un limbo mental por horas y horas hasta que recuperaba todo. Aprendí con el tiempo la cultura del registro. Comencé a registrar todo.

Algo peor me pasaba con los autores en los que trabajaba. Después de encontrar ideas que me eran útiles las incluía en mis textos sin hacer una cita formal y correcta. Mi idea de citar partía en poner todos los autores sobre los que había investigado al final de mi obra. Lo que los convertía a ellos en simples referentes para mí y a mí me convertía en un erudito del conocimiento; como si yo fuera el primero en decir lo que digo.

Comencé a analizar las obras sobre las que trabajaba en bases de datos. Me encontré con algo magnífico: todos y absolutamente todos los trabajos con los que me encontraba tenían un orden, seguían unos parámetros.

La verdad fue como descubrir que el agua moja. Sabía que las normas APA eran unas normas que estipulaban unos parámetros sobre los cuales debían ser presentados los trabajos. Pero las ignoraba. Las trataba mal. Les decía cosas feas: malditas leyes homogeneizadoras, por qué quieren que todos presentemos los trabajos como ustedes quieren.

Esa homogenización, esos parámetros únicos, esas normas que debemos seguir solo buscan hacernos la vida más sencilla. Los trabajos presentados bajo esas normas cuentan con un orden excelso, envidiable. Para explicarme mejor quiero hacer énfasis en un ejemplo, mi ejemplo.

Supongamos que vamos a hacer un trabajo sobre las tendencias culturales de los últimos años. Necesitamos para esto una gran cantidad de información. Y cuando digo grande quiero decir enorme. Leer todos los documentos científicos sobre este tema nos llevaría una vida. Yo lo tuve que hacer el semestre pasado y estaba perdido. Entonces apareció mi salvación: todos los textos estaban presentados con normas APA.

Todos los trabajos seguían entonces una estructura ya estipulada lo que facilitaba mi búsqueda, pues en esta estructura la información me era presentada de una forma más concreta.

Me bastaba con leer unos cuantos trabajos para darme cuenta de cuáles eran los autores más citados, los referentes que tenía que investigar. En los trabajos de estos autores me era aún más fácil el trabajo, pues en todos los textos se presenta un abstract que presenta una síntesis de los temas que va a abordar el trabajo. Así que recortaba mucho tiempo al identificar los trabajos que me eran útiles y los que no.

Una vez escogidos los trabajos me encontraba con citas y referencias a otros autores. Esto me ayudó a encontrar los autores principales de las ideas y por lo tanto entendía todo de una forma más clara.

Reconozco que las normas APA son tediosas de estudiar, pero tienen que ser estudiadas. En algún punto de mi vida puede que encuentre la iluminación divina y esta me lleve a escribir un texto científico (qué sé yo: podría escribir sobre el efecto de la ópera en ratones con trasplante de corazón). Y puede que haya alguien que quiera hacer un estudio sobre el mismo tema y busque información que lo ayude en su investigación. Cuando pase eso, mi texto estará presentado bajo las normas APA, pues le ayudarán a alguien a facilitar su investigación, tanto como me han ayudado a mí.

Las normas APA como el portallavero en donde ahora dejo mis llaves son costumbres tediosas que solo buscan facilitarnos la vida.

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