miércoles, 18 de marzo de 2015

Perdóneme amigo francés

Bonjour mon ami:
 
Me acabo de dar cuenta que me leyeron en Francia, fue usted amigo francés. Ante todo lo saludo amablemente; amo Francia y espero poder ir algún día. Si me leyó por accidente, está bien, por lo menos esta anécdota me sirve para comenzar a escribir mi entrada de hoy.
 
Si se ha puesto a leer con cuidado notará que este blog es para una clase. En esta clase analizamos las normas APA, unas tediosas normas que rigen los trabajos de los estudiantes y profesionales desde la época de colegio. No sabe lo cansado que estoy de estudiar esto amigo francés. Prefiero escuchar a Justin Bieber que seguir viendo estas normas.
 
Ahora nos encontramos analizando la importancia de la privacidad en las redes sociales. No se imagina los casos que hemos visto amigo francés. Niñas que accidentalmente invitan a miles de personas a una fiesta, gente que conoce al amor de su vida por Facebook, etc.
 
Hemos visto ya dos videos de 1 hora sobre el tema del cuidado de las redes sociales y nadie ha sabido dar en el punto para resumir la problemática sobre la privacidad. Esto es lo que pienso amigo francés: si usted usa redes y no quiere tener problemas pues no la cague. Así de fácil.
 
No haga de sus datos algo público. No suba fotos que le puedan afectar más adelante su vida. No la cague amigo francés. Haga de lo que no quiere que sea público algo privado. Si usted se emborracha amigo francés, y tiene fotos muy gueule de bois (enguayabado) en la Torre Eiffel que pueden afectar su vida laboral o familiar, pues no las publique. Es una recomendación con cariño.
 
Hablando sobre fotos, ¿se ha fijado en mi foto de perfil? Perdóneme amigo francés, si le doy una mala impresión de mi con esa foto.
 
La historia de esa foto es bastante graciosa. Es un montaje que me hizo un amigo. La verdadera foto era  un cuadro pintoresco: yo parado sobre un andén en la Calle 26 pidiendo un aventón en un día bastante soleado, vestido con un saco morado y sosteniendo un cartel que decía “Modelia”. La razón de que me encontrara pidiendo aventón fue porque ese día hubo un problemilla en la U. Nacional,  algunos muchachos se estaban tirando piedras con la policía y no dejaban pasar carros. Luego de salir del tropel –sin tirar piedra- me fui caminando hasta mi casa con mi primo Daniel. Luego de caminar una hora decidimos pedir aventón. Yo saqué un bloc de papel y escribí el nombre de mi barrio para que un bogotano de bien se solidarizara y nos acercara un poco. Los bogotanos de bien no pasaron ese día por ahí, por lo que llegamos a mi casa caminando, no sin que antes Daniel me tomara esa foto que pasaría a la historia.
 
Yo subí esa foto a Facebook y tuvo una gran cantidad de “me gusta”. Meses después a mí me operaron de urgencia porque me dio peritonitis. Un amigo al que quiero mucho sacó la foto de Facebook y le cambió el “Modelia” por el “No tengo apéndice” que está en mi foto de perfil. Si tuviera otro apéndice se me hubiera explotado de la risa que me dio cuando vi esa imagen. Guardo y publico esa imagen por la gracia que me causó y no veo algo que me perjudique en ella.
 
De esta divertida historia podemos aprender algo usted y yo mi amigo francés. Las cosas que subimos a la red pueden ser manipuladas por otras personas y no estamos exentos de salir perjudicados. Así que si usted va a compartir algo tan personal como una foto piense bien en lo que otras personas pueden hacer. Internet es un lugar peligroso y lo privado puede ser público si no le ponemos las restricciones debidas. Afortunadamente quien hizo el montaje de mi foto fue un gran amigo y el resultado fue algo gracioso, pero alguien pudo haber hecho un montaje perverso con mi foto para perjudicarme: alguien pudo haber puesto un mensaje como “soy uribista (odio la paz)”.
Espero que esté cuidando sus datos personales mi amigo francés.
 
Salut mon ami.

No hay comentarios:

Publicar un comentario